21/6/12

El Benjamin Button de Río Tercero

Pablo Prigioni, pretendido por New York Knicks, podría convertirse a sus 35 años en el rookie más veterano en la historia de la NBA



Decía Pablo Picasso, que supo sorberle todo el jugo a la vida desde todos los puntos de vista, que cuando alguien le decía que era demasiado viejo para hacer algo, procuraba hacerlo enseguida. Otros no tienen tanta prisa. Algunos disfrutan el trayecto al que se supone que es su destino final. Y de repente, cuando menos lo esperan, aparece ante sus ojos la oportunidad que creían ya perdida. A Pablo Prigioni le ha sucedido cuando ya enfilaba el camino a las cocheras. El tren que para la mayoría pasa en los años mozos, al timonel argentino le ha sorprendido cuando enfilaba lo que muchos entendían como los últimos coletazos de una carrera marcada por ese espíritu ambicioso y combativo que lo ha mantenido siempre en primera línea de fuego. Cumplidos ya los 35, al base argentino se le han abierto las puertas de la NBA. Y aunque todavía no existe una oferta firme de los Knicks sobre la mesa (las franquicias de la competición norteamericana no pueden negociar oficialmente con los agentes libres hasta el 1 de julio ni firmar con ellos hasta el 11 ningún contrato), hay posibilidades de que en unos meses cambie la taquilla del vestuario del Buesa Arena, donde siempre ha ejercido como capitán general, por una en el Madison Square Garden, para convertirse en el novato más veterano que debuta en la NBA desde que, en 1976, adquirió su actual formato tras sumarse los principales equipos de la ABA. El Benjamin Button de Río Tercero, que ha acabado por convertirse en pieza fundamental de un Caja Laboral al que llegó con el cartel de jugador en la recta final de su carrera, está preparado para volver a dinamitar los pronósticos. Tiene en su mano la oportunidad de seguir haciendo historia.

Prigioni, que lo ha ganado casi todo en el baloncesto desde que cruzó el charcó en el verano de 1999, todavía tiene sed de aventura. Quiere más. Como cualquier niño que se calza por vez primera unas zapatillas de baloncesto, soñó algún día con pisar el parqué del Garden, con jugar en Los Ángeles, con tener la oportunidad de medirse con los mejores de los mejores. Y al final podría llegarle. Poco le ha importado a los Knicks lo que marca su carné de identidad, que dice poco de un tipo que en mayo cumplirá los 36. De hecho, la franquicia neoyorquina, que ve en él un tutor de lujo para moldear al fenómeno Jeremy Lin, tiene muy claro lo que está buscando en el mercado. Prigioni aparece en su lista de futuribles como la alternativa al verdadero objetivo, que no es otro que el eterno Steve Nash, tres años mayor que él. Si finalmente se frustra la opción de la estrella de los Suns, el argentino inscribirá con tinta indeleble su nombre en los almanaques de una competición en la que ningún jugador ha portado la etiqueta de rookie a una edad tan avanzada.

Un debut con ¡¡¡46 años!!!

Sólo existen dos casos en la historia del baloncesto norteamericano que podrían poner en duda esa condición de novato más anciano que ostentaría Prigioni. Pero los norteamericanos no los tienen en cuenta porque se remontan a los primeros años de la NBA, que se fundó como competición en 1946, y los jugadores en cuestión ya contaban con dilatada experiencia profesional en las ligas que le dieron origen. Uno de ellos, además, ni siquiera era jugador. Nat Hickey, que había hecho carrera en la BAA y la NBL desde finales de la década de los años 20, era el entrenador de los Providence Steamrollers en la campaña 1948/1949. En enero, sólo dos días antes de cumplir los ¡¡¡46 años!!!, decidió inscribirse como jugador para disputar un partido y tratar de ayudar a un equipo que cerró la temporada con un pésimo bagaje de victorias (4-25). El otro referente en cuanto a longevidad en un debut es Charley Shipp, que disputó su primer partido NBA con 36 años. El base se estrenó con los Waterloo Hawks en la campaña 1949/1950, aunque también este caso se coge con alfileres porque no había parado de jugar en la NBL desde 1937. Además, Shipp, en la que ya era su última temporada en activo, dirigía a los Hawks dentro y fuera de la cancha, puesto que también ejercía como entrenador del equipo.

Al margen de estos dos episodios cogidos por alfileres, casi descartados por todos, no existe jugador que pudiera hacer sombra a esa condición de rookie senil que podría adquirir Prigioni. La mayor parte de los analistas norteamericanos incluso comparten ciertas dudas en torno al considerado novato más veterano de la historia de la NBA, puesto que también contaba con cierta experiencia previa en alguna de las competiciones paralelas que se disputaban en Estados Unidos en la primera mitad del siglo XX. En cualquier caso, Ben Goldfaden, que se disputó con 33 años dos partidos con los Washington Capitols en 1946 pudo presumir en vida de ser considerado por la mayoría como el más longevo en estrenarse en la mejor liga del mundo. La diferencia entre este y los dos citados anteriormente estriba básicamente en que Goldfaden contaba con experiencia en la ABL, y no en la NBL o la BAA, las consideradas como pioneras reales de la NBA.

Una oportunidad postrera para el 'Magic' francés

A partir de ahí, la mayor parte de los rookies más veteranos han sido casi siempre jugadores extranjeros que, como Prigioni, contaban con un lustroso palmarés en competiciones de otros países antes de saltar el charco. No es nada nuevo. Puede darse con jugadores españoles, como Jorge Garbajosa, que contaba con 28 años cuando se estrenó con los Raptors, o Juan Carlos Navarro, 27 cuando probó suerte con los Grizzlies, en una nómina que en todo caso encabeza el exjugador del Valencia Basket Antoine Rigaudeau. El jugador galo, al que cuando comenzó su carrera en el Cholet bautizaron como el Magic Blanco, pero que nunca llegó a satisfacer todas las expectativas depositadas en él, se estrenó con los Mavericks apenas dos meses antes de celebrar su trigésimo segundo cumpleaños. No tuvo mucho recorrido. En Dallas sólo jugó 11 partidos (1,5 puntos, 0,7 rebotes y 0,5 asistencias por cita) antes de ser traspasado, en verano de 2003, a los Golden State Warriors, donde no llegó siquiera a debutar.


Otro argentino, también exbaskonista y amigo de Prigioni, entró no hace tanto en las posiciones altas de la lista. Fabricio Oberto, también de vocación NBA tardía, se estrenó con los Spurs a los 30. Otros jugadores que hicieron el camino desde el Buesa Arena fueron un poco más precoces. Luis Scola firmó con los Rockets a los 27; Tiago Splitter se marchó a otra franquicia texana, los Spurs, a los 25; la misma edad que tenía Arvydas Macijauskas cuando abandonó el viejo TAU para fichar por los Hornets. José Manuel Calderón, en las filas baskonistas desde los 13 años, atendió la llamada de los Raptors una década después, sin haber cumplido aún los 24, mientras que Andrés Nocioni se marchó a los Bulls cuando aún le restaban unos meses para llegar a los 25.


Sin duda, esa parece la edad idónea, el punto justo de maduración para probar fortuna en la NBA, aunque algunos, como Mirza Teletovic, que en septiembre hará los 27 y parece encaminado a acabar en los renovados y relucientes Nets de Brooklyn, decidan esperar más. Erazem Lorbek, a quien se señala como futuro compañero de Splitter en San Antonio, entraría a sus 28 años a formar parte de la lista de los más rookies más veteranos, en la que también se encuentra otro ilustre trotamundos como Sarunas Jasikevicius, que había alcanzado los 29 cuando debutó con los Pacers, su primer equipo en la competición norteamericana. O incluso una leyenda como Arvydas Sabonis, de quien habría sido curioso saber dónde se encontraba su techo de no haber llegado ya a los 30 y con demasiado kilometraje en las rodillas. Sin embargo, nadie se acerca a Prigioni. Incluso por esto parece querer competir. Y ganar.

¿La recta final?

El tipo que se marchó al Madrid a buscar títulos, para luego volver con las manos vacías a Vitoria, el tipo que se enemistó con la grada del Buesa Arena tildando a la afición azulgrana de mediocre, para luego volver a metérsela en el bolsillo con su capacidad para sostener a un equipo desmoronado, se ha ganado el derecho a disfrutar de una bola extra. Josean Querejeta no tuvo reparos en reconocer cuando el Caja Laboral quedó eliminado en las semifinales de la ACB que le encantaría que el timonel de Río Tercero siguiera una campaña más en el equipo vitoriano. El entorno del jugador, a través de su agente, se manifestó en la misma línea. Pero nadie contaba con los Knicks. Había interés por ambas partes, y lo seguirá habiendo si se frustra su posible asalto a la NBA, esa posibilidad de convertirse en el abuelo de los novatos.

En un par de semanas se desvelará si el argentino puede disfrutar de este tren que ya nadie, ni él, esperaba o si por el contrario prolonga un año más su estancia en Vitoria. Lo que parece claro es que sería de estúpidos pensar que, pese a su edad, escoja el camino que escoja la próxima será su última campaña en la élite. Devoto de su físico, hasta el punto de que esta campaña ha sido capaz de superar la media hora sobre el parqué por partido, Prigioni ha evidenciado que aún le queda cuerda para rato. Como Benjamin Button, parece cada día más joven. Y más si acaba por marcharse a una competición en la que no son pocos los jugadores que prolongan sus carreras hasta límites insospechados, como a lo largo de los años han hecho estrellas de la talla de Kevin Willis (44), Robert Parish (43), Kareem Abdul-Jabaar (42), Dikembe Mutombo (42), Bob Cousy (41), John Stockton (41), Karl Malone (41), Michael Jordan (40), Ricky Mahorn (40), James El Chino Edwards (40), Cliff Robinson (40), Charles Oakley (40) o los aún activos Grant Hill (39), Jason Kidd (39), Steve Nash (38), Marcus Camby (38), Derek Fisher (37), Ray Allen (36) o Kevin Garnett (36). Con estos precedentes y su insaciable apetito competitivo, Prigioni podría tomarse sin agobios su periodo de adaptación. Quién sabe. Quizá el Benjamin Button de Río Tercero pueda plantearse el reto de batir otra marca de longevidad. Pero esa es otra historia y todo esto, por el momento, sólo el cuento de la lechera.

1 comentario:

jordi perramon dijo...

primero entro en el blog el ultimo dia de vacatas...y veo que el ultimo post...es de junio???? nene...que te duermes.
Segundo, y muy claro, a poco que a pablo priggioni le den minutos...se hara con el timon de los knicks y sobretodo con la titularidad, es simplemente demasiado bueno, demasiado competitivo para no parar hasta conseguirlo, y porque no...ojala sea el "rookie" del año...y tendra el record de debutante mas viejo y elegido mejor , aunque para el habria que crear una categoria especial...porque pablo es simplemnte especial