5/11/12

Respuesta de aspirante

EL CAJA LABORAL SE LEVANTA TRAS EL DURO GOLPE DEL JUEVES Y TUMBA AL CAMPEÓN CON UNA ACTUACIÓN MUY SÓLIDA



Se había levantado ayer Vitoria con el cielo plagado de interrogantes. La imagen bipolar que en cuestión de días había mostrado el Caja Laboral generaba muchas preguntas sobre el verdadero potencial de su plantilla y el futuro al que puede aspirar, que el equipo azulgrana zanjó de un plumazo. El combinado que dirige Dusko Ivanovic respondió con una exhibición de aspirante a la dura prueba que el calendario le deparaba tras la catástrofe del pasado jueves ante el Anadolu Efes. Tumbó al campeón liguero con una demostración de capacidad y evidenció que, como poco, merece crédito para que se respete una evolución que invita a soñar.

Tras las brillantes demostraciones de espíritu de Milán y Madrid, que por encima de los resultados dibujaron el carácter de un bloque cada vez más próximo a su potencial, cabía esperar algún paso atrás. Llegó en el peor momento y de la forma más dolorosa posible, con una derrota que amenaza de nuevo la supervivencia en la Euroliga. Pero también parecía cuestión de tiempo que el equipo retornara a la senda del crecimiento, lento pero progresivo, que viene siguiendo desde que se levantó el telón del presente curso. Y lo hizo ante otro rival de postín.

La victoria ante este Barça que, todo hay que decirlo, carece de alma ha vuelto a rellenar los depósitos de la confianza. Los externos y los internos. Los propios y los ajenos. En un partido que comenzó con pésimos presagios, con un Baskonia desnortado y sumido en el caos y un Barça tremendamente sólido y dañino desde la larga distancia, Ivanovic supo cambiarle el paso al duelo y, una vez más, ganarle la partida a su pupilo Xavi Pascual.

El técnico montenegrino, que por primera vez esta temporada dispuso de todos sus efectivos, pulsó el interruptor al dar entrada a Cabezas y San Emeterio en lugar de un revolucionado Nocioni y de un Heurtel que ya no volvió a pisar el parqué. Lo que era precipitación y caos se transformó de repente en buenas decisiones y paciencia, esa virtud tan reclamada por el preparador balcánico. El equipo azulgrana, que había quedado petrificado tras el 4-13 con el que el Barça había castigado sus dudas iniciales, recobró la apostura. Comenzó a correr sin prisas, llevó el partido al ritmo que más le convenía y poco a poco fue desactivando al campeón hasta, por momentos, convertirlo en un equipo vulgar y sin ideas, sobre todo a raíz de la excelente defensa que tanto Oleson como San Emeterio le regalaron a un Juan Carlos Navarro que acabó difuminándose junto al resto de sus compañeros.

La renta de nueve puntos que el Barça amasó con su fulminante arranque de partido se fue por el sumidero conforme el Baskonia ajustaba la defensa. Desactivado Navarro, era Erazem Lorbek, un jugador celestial, quien mantenía a su equipo en el duelo. El poste esloveno le creó muchos problemas a un Maciej Lampe que fue de menos a más. Pero también para eso encontró antídoto un Ivanovic que supo usar cada pieza de su banquillo para lo que sirve. Tibor Pleiss confirmó en el segundo cuarto las enormes posibilidades que le puede conceder a un equipo que lleva años echando en falta la presencia de un cinco de garantías. El germano se asoció con San Emeterio y Cabezas para guiar el duelo hacia un marcador que al descanso resultaba mucho más alentador (44-35).

Visto lo que sucedió el jueves, es probable que la afición que abarrotaba las gradas del Buesa Arena prefiriera conservar su escepticismo. Pero esta vez el equipo no se vino abajo. A pesar del enérgico arreón del equipo culé, que por momentos llegó a acariciar la remontada, el Caja Laboral exhibió la fortaleza de carácter que se vio en Milán y Madrid para aguantar el resultado.

Apoyado en una sólida defensa, con un Nemanja soberbio en las tareas más oscuras, y en la inercia a la que se sumaron otras piezas para sumar en ataque, el cuadro azulgrana superó los momentos críticos para apuntillar sin piedad a un rival con el que quizá deba verse las caras con algo serio en juego. Ayer, en el primer duelo entre los dos equipos que se han repartido los últimos cinco duelos de la ACB, la nueva versión del Caja Laboral sumó una victoria que debe conceder al menos el derecho a soñar con que el trabajo que se viene haciendo puede dar sus frutos. Con sus limitaciones, y a pesar del doloroso accidente del jueves, el cuadro azulgrana debía responder ayer a muchas preguntas. Y la respuesta fue la de un equipo que quiere ser de nuevo aspirante a los títulos.


Domingo, 4 de noviembre de 2012
80-69

CAJA LABORAL: Heurtel, Oleson (12), Nocioni (4), M.Bjelica (2), Lampe (15) -cinco inicial-, Cabezas (10), San Emeterio (15), M.Bjelica (6), Causeur (4), Rochestie (4) y Pleiss (8).
BARCELONA REGAL: M.Huertas (7), Navarro (14), Ingles (4), Lorbek (17), Tomic (10) - cinco inicial-, Sada (4), Jasikevicius (2), Todorovic, Wallace (3), Jawai (8), Abrines y Rabaseda.
PARCIALES: 17-20, 27-15, 16-19 y 20-15.
ÁRBITROS: Arteaga, Bulto y Planells. Sin eliminados.
PABELLÓN: Buesa Arena. 13.184 espectadores.

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